El Social curator, nuevo intermediario del conocimiento

Un nuevo término se está haciendo hueco dentro de los entornos de información digital y social últimamente: El Social curator (relacionado con el término Content curator), o Curador de contenidos sociales, término adaptado al castellano.

Este es un término -el Curator– tradicionalmente vinculado con las instituciones culturales (museos, bibliotecas, archivos, galerías) que hace mención a la gestión de colecciones y que se podría relacionar con el término Conservador. En el mundo online lo podríamos identificar con aquella persona encargada de seleccionar, filtrar, contextualizar, poner en valor y difundir información a una determinada comunidad.

¿Y dónde podríamos situar a esta figura dentro de la cadena de valor de la información?

En un mundo donde un 1%-2% crea contenidos, un 8%-9% los selecciona, contextualiza y distribuye y un ~90% lee el primer párrafo y salta al siguiente enlace, el curador se sitúa en ese casi 10% de la posición intermedia. Un grupo donde encontramos toda una serie de perfiles asociados a la mediación y gestión de la información de diversa índole: social, académica, económica, estratégica, marketing, etc. y donde cada día van apareciendo nuevos términos a cada cual más cool (Knowledge manager, Community manager, Social curator…) para designar en términos generales lo mismo: al profesional intermediario del conocimiento encargado de gestionar información con el objetivo de nutrir de informaciones de diversa índole a un comunidad objetivo. Una información basada cada vez más en términos sociales/humanos y menos algorítmicos.

En comparación con el perfil de Vigilante estratégico, encontraríamos algunas similitudes y diferencias:

1. En cuanto a su figura:

  • La figura del profesional de una unidad de Vigilancia/Inteligencia es una figura institucionalizada, se encuentra dentro de un organigrama corporativo, mientras que el Curador no tiene porqué tener necesariamente una vinculación con una organización.
  • El Curador respondería a la figura de especialista en una materia, mientras que el Vigilante lo haría más a la de figura multidisciplinar.  El Curador social es poseedor de unas claras competencias digitales globales. Resulta más imprescindible este conocimiento en su figura que en la del Vigilante. (¿Curador = Vigilante 2.0 en tiempo real?).
  • El Curador social es una figura a menudo influyente en su comunidad. Consigue ser un mediatizador a nivel social.

2. En cuanto a su objetivo:

  • El objetivo del Vigilante es el de nutrir de informaciones con un componente estratégico -informaciones de alto valor añadido para la toma de decisiones estratégicas- a la dirección de la organización o a alguno de los participantes en el sistema. El objetivo del Curador puede obedecer a otros motivos, como tratar informaciones alrededor de un topic en base a su impacto social, inmediatez o a cualquier otra motivación expresada por su audiencia.
  • En un entorno de Vigilancia/Inteligencia estratégica resultará más importante la información que se retiene. En comparación, en la Curaduría social existirá una mayor prioridad en cuanto a la transmisión de la misma a la comunidad.

3. En cuanto a su metodología:

  • El Curador se centrará más en señales fuertes del entorno, mientras que la prioridad del Vigilante será centrarse en señales débiles, señales que puedan suponer una alerta temprana para la organización y con la que anticiparse y crear una ventaja competitiva para la misma.
  • Ambos se centran en un trabajo en red. La diferencia es que en una comunidad tipo de Vigilancia/Inteligencia existirá un número mayor de perfiles con unas funciones a desarrollar determinadas, mientras que en la Curaduría el número de actores involucrados será menor: El Curador y su comunidad de destinatarios. Por tanto, mayor complejidad y flujos de información en la primera que en la segunda.
  • En la Curaduría social existe el riesgo de la credibilidad, fiabilidad, nula calificación o sesgos de las informaciones recogidas y las fuentes de información de las que provienen. Estas informaciones sociales que se transmiten con gran impacto pueden ser pobres en cuanto a calidad y pertinencia. En la Vigilancia estas informaciones tendrán que ser filtradas y depuradas en base a criterios como su prioridad, oportunidades/amenazas, relevancia, fiabilidad, credibilidad, etc.
  • En relación a esto, podríamos decir que existe una mayor instrumentalización e importancia de la gestión de la información en los procesos de Vigilancia que en los de Curaduría social.

Por otro lado, podríamos llegar a la conclusión que todos somos Curadores en mayor o menor medida, todos tenemos nuestros gustos, ámbitos de especialización, inquietudes, formación… y hacemos circular información segmentada y direccionada en gran medida. En un entorno de aumento exponencial de la información es imprescindible una tarea de selección, filtrado, editorialización y difusión de información dando lugar a un producto de valor añadido en la frontera de la vigilancia, la documentación, la curaduría, el periodismo y la gestión del conocimiento. En definitiva, la intermediación del conocimiento, lugar donde ejerce su labor el profesional de la información.

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